lunes, 2 de febrero de 2009

91


Cuando conocí a 91 no sentí ningún flechazo, que es la condición de la pasión (espero que me lo discutais).
Hubo un tiempo en el cual de alguna manera me exigía que ocurriese eso para enamorarme. Qué iluso. Uno se enamora de la persona, no de las sensaciones (tendré que morderme la lengua más a menudo). Las sensaciones te seducen y te enganchan. El amor surge de la interacción con el alma de la otra persona, de la paz que te produce, del plan que construyen juntos, de los momentos compartidos, de las palabras y los mil temas, del compromiso de apoyarse. La pasión va unida a la necesidad y el deseo, al encantamiento, a los sentidos, al placer. Mil veces me he dicho que estoy enamorado de alguien a quien en ese momento sólo deseaba, sin descartar otras cosas. Podríamos hacer diferentes cocktails con todas estas posibilidades, y ninguna sería necesariamente reprobable.
91 no se merecía esto de mí, es la persona más leal y generosa que ha llegado a mi corazón, y supe corresponderle de igual manera, creo, pero no con toda la pasión, siendo una mujer atractiva. Y necesitaba esto para seguir con ella. No podía engañarme y engañarla, y sobre todo, no quería insultar su dignidad.
El año que pasamos juntos es la mejor prueba de que dos personas aparentemente incompatibles en todo, pueden acercar sus corazones, y confiar el uno en el otro. Sus firmes convicciones dogmáticas no me desanimaron a intentar acercarme a ella, y con el tiempo comprobamos que escuchar y dar oportunidades a otras opiniones enriquece mucho, y con ella aprendí a ser más tolerante, sin perder el humor y mis principios. Sabes que siempre podrás contar conmigo.

1 comentario:

  1. Flechazo... yo creo que hay dos tipos de atracción. La que tu describes es una atracción mas espiritual, que, pienso, puede llegar en cualquier momento. Igual estas hablando con tu mejor amigo de toda la vida y un día te das cuenta de que te gustaría besarle. O ese abrazo que te das normalmente con el, un día, te hace sentir un cosquilleo.

    O tienes esa atracción espiritual con una persona, que hace que quieras tener momentos juntos mas íntimos, simplemente porque te comprende y no te da miedo mostrarte tal y como eres.

    El otro flechazo es mas animal, mas salvaje e intuitivo. No te hace falta hablar con esa persona para desearla, necesitas poseerla, aunque solo la hayas visto una vez, de pasada. Pero creo que este suele durar menos, hasta que la consigues. Luego te das cuenta que esa persona no te llena. Tu imaginación llegó tan lejos deseándole, que luego el principe del castillo en el aire que creaste, resulta que era aire tambien.

    No creo que la pasión vaya unida a la necesidad, a lo demás si, al menos yo intento que no sea así. Para mi la pasión es tan importante que me quedo solo con ella, rechazo algo que pueda interrumpirla, inquietarla o que me cree algún sentimiento no positivo.

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