lunes, 16 de febrero de 2009

Para que un árbol pueda dar sombra, hace falta que el sol salga muchas veces.



Hablaba esta tarde por msn con una fotógrafa a la que admiro. He salido con ella un par de veces, una vez hace bastantes meses, y otra hace pocos días, y siempre me pasa lo mismo con ella, justo lo mismo que ha pasado esta tarde. Me dice que está muy a gusto conmigo y que quiere estar aun más cerca, pero yo lo que percibo es que no sé nada de ella. No sé cómo se las arregla, o yo, pero el caso es que terminan las citas y sólo he hablado yo, y cuando me callo me dice que si me aburro con ella.
Hoy ya se lo he dicho cláramente, compartir es un verbo de ida y vuelta, y si lo que quiere es construir una amistad entre nosotros, no se puede comportar de una manera tan pasiva, amparándose en supuestas coyunturas emocionales.
La amistad es un rio que fluye entre dos orillas.

domingo, 15 de febrero de 2009

Dime adios al menos


Cuando se rompe una amistad o un amor, se rompe una fibra en nuestro interior que duele.
Hemos pasado tanto tiempo juntos, tantas cosas buenas, que nos resistimos, al menos a mí me pasa, admitir que lo malo que ha ocurrido supera a lo bueno que transcurrió.
Ya incluso sin balancear, se me rompe el corazón pensando que todo lo bueno se perderá. Cuando se cierra la puerta para siempre con un portazo, muchas veces me han dado ganas de decir, en una pose absurda para el momento "dime adios al menos".
Es un intento desesperado por salvar la nave, por evitar que se hunda completamente en el abismo del olvido, agarrar un cabo a la desesperada, de una relación que se nos escurre entre las manos jabonosas de la ira.
Una persona que hubo en mi vida me dijo que en su idioma hay una frase que se ajusta a lo que quiero decir: "no hay que cerrar las puertas con el culo".
Y yo me he pasado la vida haciéndolo. Por eso ahora que tengo más tiempo para hacer crecer mi paciencia, reparo mucho más en estos detalles.
Afortunadamente hay otro ámbito mucho más agradable donde me gusta usar "dime adios al menos", y es en esos momentos cotidianos en los que se obvian detalles transparentes que en el fondo acuñan el amor en una relación. Esos momentos en los que impones tu deseo de mostrar tu cariño aunque las prisas no nos den un respiro...

sábado, 14 de febrero de 2009

No creo


Que me pueda portar bien con algunas personas, que incluso me pueda portar muy bien, no significa que me crea todo lo que me dicen, ni que vaya a tolerar todo lo que me puedan hacer. No soporto que encima me traten como a un imbécil.
Lo curioso es que ellos luego sólo recuerdan de tí aquello en lo que consideran que salieron perjudicados. Es más, algunos se permiten incluso amenazar, lo proclaman públicamente, y necesitan demostrar que los herí, simplemente porque se sienten incómodos siendo deudores.
Pero lo incongruente de sus argumentos no es suficiente incentivo para que me decida a batallar con ellos, prefiero dejar las cosas así.
A otro tema. San Valentín. Me la suda el tipejo ese y su arco de los cojones.
Otro tema. El gimnasio me está matando. Pero si no me mata del todo, me hará más fuerte, como decía el dicho romano. A menos que reviente en una de estas. Por lo menos, en la agonía del esfuerzo encuentro cobijo.
Hoy estuvieron dos clientes, una parejita, en mi estudio. Qué felices se les veía. Les gustaron las fotos que les hice de su boda. Por favorrrr, una boda, vade retro, a quién se le ocurre. (con todos los respetos para ellos).
Mientras escribo esto, mi musa 131 me acompaña y me inspira... a la casta distancia que marca el msn. Es un sol... que por cierto, últimamente no calienta mucho, está siempre perdida y esquiva. Qué jodía, y que encanto. Te quiero mucho.
Hablamos de horteradas, grupos de música casposa, recuerdos sensibles, homosexualidad... uys esta tía me está confundiendo :D
Volviendo a San Valentín, una de vosotras me ha contado hoy que está supersuperbien con su susodicho desde hace un año. No lo conozco, pero cómo lo odio ya, coño. ;) Que seas muy feliz con él.
Las nueve de la noche, estuve un rato durmiendo. Ahora a ver a qué hora me acuesto. Igual salgo a cenar sólo por ahí, en medio de mil millones de parejas enamoradas. Me darán mesa en algún sitio? Asmelcherne. Llamo a algún enemigo para invitarlo a cenar? No creo que acepten. No me mandan ya ni spam.

domingo, 8 de febrero de 2009

Be for real


Leo un blog de alguien que sigue un blog que yo sigo, en realidad sigo ese blog porque ella me lo mencionó, y dice ella en el suyo: "...creo que les sonrío para no matarlos."

Me acuerdo de Sabina

Dijo hola y adiós,
y, el portazo, sonó
como un signo de interrogación,
sospecho que, así,
se vengaba, a través del olvido,
Cupido de mí.
No pido perdón,
¿para qué? si me va a perdonar
porque ya no le importa...
siempre tuvo la frente muy alta,
la lengua muy larga
y la falda muy corta.

Finales pluscuamperfectos


Leyendo el blog de un amigo de una amiga, me encuentro con que éste nos encomienda reescribir los finales de las pelis que nos gustaron, porque al fin y al cabo, como en el vida, las pelis no siempre acaban como nos hubiesen gustado.
Dejé un comentario de coña, pero de buen grado, sobre cómo veía yo Matrix.
Pero ahora más en serio, quiero reescribir el final de Beautiful Girls, una dulce peli con un gran reparto, Timothy Hutton y Natalie Portman, pero con unos secundarios de lujo, como Matt Dillon, Uma Thurman, Mira Sorvino, Lauren Holly y Rosie O'Donnell.
Es la historia de un pianista fracasado (Willie) que vuelve a su pueblo a reencontrarse con sus amigos de la adolescencia, buscando respuestas para las preguntas que le hace su presente sobre su futuro. Una adolescente precoz (Marty) tienta a su Peter Pan interior para que de alguna manera invente su Nuncajamás y puedan unir sus diferentes tiempos vitales. Sus amigos lo marean con sus propias batallas para abrirse camino con la vida, y su novia espera una decisión, la cual lo quiere como realmente es. En un momento de la peli, vemos a Willie observando a todo su mundo girando a su alrededoren una suerte de tiempo en suspenso, ofreciendole distintas soluciones como te ofrece distintas golosinas una máquina expendedora, desde las saladas papas fritas a los golosos bollos de chocolate. Ese tiovivo de soluciones termina mareándolo y decide bajarse y elegir lo que ya tenía, porque ya es tiempo de crecer.
Yo después de ver la peli mil veces, no me resisto a imaginar qué le ofrecía su Campanilla particular, la posibilidad de zafarnos de convencionalismos y elegir el espíritu de las cosas y las personas con las que deseamos estar. Quizás mi Peter Pan puede más que mi edad.
En cualquier caso, os recomiendo que la veais, es preciosa y tiene una banda sonora espectacular.

viernes, 6 de febrero de 2009

Abusadores

El modesto edificio de barriada donde vivía cuando era un niño era como un auditorio. Sonoridad perfecta. Se podían oir todas las discusiones, todos los odios, todos los amores que gestaba aquel gigante. Yo no podía hacer otra cosa que escuchar y aprender.
Uno de sus moradores se pasaba el día en el bar del barrio, siempre con el punto etílico necesario para poder echarle la culpa de todo a todos, incluyendo a los suyos. La diferencia estaba en que en el bar todos abusaban de su debilidad, y al regresar a casa, se cobraba la deuda que causaba su impotencia e ineptitud con los suyos. Lo curioso era comprobar cómo su mujer defendía su integridad en público. A mi madre no le gustaba que la oyese disertar sobre lo que ella deseaba que fuese su vida, dándolo como un hecho.
Se abusa con la violencia física, pero también con el chantaje emocional, que es infinitamente más dañino que el físico, puesto que el primero dura lo que dura la agresión y los cardenales que provoca ésta, pero el chantaje emocional socava tu integridad para el resto de tu vida, al menos hasta que alguien cualificado exorcise a ese demonio.
Es más, muchas veces el castigo emocional continuado provoca en el agresor una sensación de impunidad que le anima a traspasar la barrera de la palabra para tomar posesión de su víctima en forma de agresión física, y al ser esta un arma que no domina, suele ejecutar este castigo por la épica, en estado de éxtasis, muchas veces fatalmente.
Nuestros medios de comunicación narran sin descanso historias de parejas finiquitadas con vecinos garantizando que no se explican los hechos, dado lo bien que aparentaban llevarse.
Muchas de las personas que están en mi corazón han sufrido de alguna manera, y en alguna medida algo de lo que aquí describo, y cuando me lo cuentan no puedo reprimir mi rabia, y esta reacción nunca es útil para ellas. No vale con sacar conclusiones únicamente analizando lo que ha sucedido, las consecuencias de toda una historia anterior. Con el tiempo uno aprende a valorar los hechos, analizando el origen de los mismos y los actores que en ellos intervienen.
Mi conclusión es que todo es producido por la ineptitud del agresor para integrarse con equidad en la relación de pareja. Esta ineptitud puede tener un carácter de fracaso económico, frustación física, desalienación social, pero todo desemboca indefectiblemente en culpar a su pareja de cualquier cosa, incluido lo que genera su ineptitud, con tal de ignorar su propia y muchas veces exclusiva responsabilidad.
La medicina no es otra que la separación absoluta y definitiva. Lo siento, sólo tengo esa.
Y curiosamente, son los pacientes los que advierten siempre al médico de las contraindicaciones y efectos secundarios de tal remedio.
Hay veces que el riesgo de la dolencia es tan grave, y las soluciones tan pocas, que hay que asumir los riesgos de la medicina.

lunes, 2 de febrero de 2009

33


¿Cómo sabes que has encontrado la persona con la que te gustaría estar siempre?
Hemos oído mil veces que no se busca, se encuentra, que por ahí está tu media naranja, que el día menos pensado, etc.
He sido obsequiado por el destino con el honor de conocer mujeres pasionales con las que no congeniaba, mujeres que adoré pero no fui correspondido, mujeres como la copa de un pino pero que no despertaron mi pasión, amigas para cenar, amigas para hablar, amantes de mes a mes, especuladoras, de todo. Pero uno pasa lista y se pregunta: ¿realmente no has conocido a nadie con la que hubieses podido "enchufarte" en todos los sentidos? Mental y físicamente, en cuerpo y alma, confiar en ella porque fuese buena gente, brillante, aparte de sexualmente inspiradora? ¿fuiste correspondido por esa persona en algún momento?
Ella es 33 y la dejé marchar por puro imbécil que soy.
33 es la mujer con la que hubiese sin duda querido compartir el resto de mi vida, pero soy tan capullo que mis problemas coyunturales no me permitieron apreciarlo.
¿Será que me acojonó el tener que tomar una decisión? ¿será que tuve miedo de perder mis horizontes?
En a b s o l u t o.
Sé que sonará a excusa llorona, pero la verdad es que lo que me pasaba esos meses no me dejaba valorar en su justa medida la dimensión de la persona que tenía delante. Creo que será muy difícil que la vida dé dos oportunidades de ese calibre, y por supuesto, yo no voy a ser el guapo agraciado con el gordo.
No voy a entrar en detalles de cómo es ella, sólo diré que si no hubiese nacido como lo que soy, hubiese firmado ser ella.
Sólo me resta decirte, si algún día lees esto, muchas gracias por aquellas semanas que compartimos, me hiciste sentir especial al querer vivirlas conmigo.

Nota del editor

Cuántas veces me han dicho que soy un buen tipo pero que no me ven con los ojos con que yo las veo!!!
No sos vos, soy yo.
La naturaleza del corazón y la pasión no entiende de reciprocidades, no podemos exigirnos corresponder al ser amado, y no podemos exigir lo mismo de él. No se puede, el amor y el deseo fluye y no conoce de dueños que los administren.
Alguna de vosotras no me desea en la cama pero sí al teléfono o en la mesa, alguna me desea como sea, y otras me desearon pero ya no, en fin, hay de todo, pero el caso es que hay de todo en ambas direcciones, y lamentablemente casi nunca es recíproco.
Pero aquí no sólo hablamos de deseo, eso está claro, no?
Al escribir estas líneas descubro las cartas y me arriesgo a perder mucho de lo que tengo con vosotras, porque indudablemente sienta mal no sentirse correspondido. Sólo apelo a que leáis TODO lo que escribo, no sólo las carencias. Si estáis en este sitio es porque sois o fuísteis alguien que aportó algo positivo a mi corazón y siempre os recordaré igual. No es cuestión de si fue una relación más o menos formal, más o menos duradera, es simplemente que estáis en mi corazón.
Algunas con las que estuve mucho tiempo no estarán jamás aquí dibujadas, no aportaron nada a mi vida. Eso sí que entendería que ofendiese, sentirse excluida, aunque no es mi intención, simplemente, no estáis.
Pero a las que sí, por favor no me odiéis por lo negativo, la razón por la que hablo de vosotras es mucho más poderosa que eso.

91


Cuando conocí a 91 no sentí ningún flechazo, que es la condición de la pasión (espero que me lo discutais).
Hubo un tiempo en el cual de alguna manera me exigía que ocurriese eso para enamorarme. Qué iluso. Uno se enamora de la persona, no de las sensaciones (tendré que morderme la lengua más a menudo). Las sensaciones te seducen y te enganchan. El amor surge de la interacción con el alma de la otra persona, de la paz que te produce, del plan que construyen juntos, de los momentos compartidos, de las palabras y los mil temas, del compromiso de apoyarse. La pasión va unida a la necesidad y el deseo, al encantamiento, a los sentidos, al placer. Mil veces me he dicho que estoy enamorado de alguien a quien en ese momento sólo deseaba, sin descartar otras cosas. Podríamos hacer diferentes cocktails con todas estas posibilidades, y ninguna sería necesariamente reprobable.
91 no se merecía esto de mí, es la persona más leal y generosa que ha llegado a mi corazón, y supe corresponderle de igual manera, creo, pero no con toda la pasión, siendo una mujer atractiva. Y necesitaba esto para seguir con ella. No podía engañarme y engañarla, y sobre todo, no quería insultar su dignidad.
El año que pasamos juntos es la mejor prueba de que dos personas aparentemente incompatibles en todo, pueden acercar sus corazones, y confiar el uno en el otro. Sus firmes convicciones dogmáticas no me desanimaron a intentar acercarme a ella, y con el tiempo comprobamos que escuchar y dar oportunidades a otras opiniones enriquece mucho, y con ella aprendí a ser más tolerante, sin perder el humor y mis principios. Sabes que siempre podrás contar conmigo.

domingo, 1 de febrero de 2009

920


Después de hablar de 4 mujeres de mi presente que ciertamente quiero muchísimo, es hora de hablar de mí y descubrir quién soy, y creo que la mejor manera de hacerlo es que hable de 920.
Ya han pasado 17 años desde que me dejó. Fue mi relación más larga, más intensa, más loca, más absurda, más emocional, más dura, más inteligente, más aleccionadora, más dolorosa, y más placentera. A 920 no la quise, la deseaba, la necesitaba, la olía y me moría de deseo. Y todo sucedió mientras pasaba por ser un imbécil cretino y arrogante, sin principios, prepotente y descerebrado. Y claro, éstos mis encantos no podían retener a nadie más de 6 años, y mucho menos a una gran mujer como ella. Inteligente, dulce, mala, cariñosa, ladina, guapísima (al menos para mí) y destilando sexualidad por cada poro de su piel, en cada rayo de su mirada, en cada aliento de su voz, en lo provocador de su risa. Se fue con el otro y se casó con él. Viví un año entero en un pozo de confusión, rumiando mi derrota, mi fracaso, mi estupidez. Salí muy tocado de eso, pero poco a poco me rehice, con la poca inteligencia que en el fondo tengo, cuando descubrí una palabra: Autocrítica.
Ella me llevó directamente a la ética y la moral personal, que sencillamente me parecieron lo mismo que a un niño el aceite de ricino, pero me la tomé en dosis que se me atragantaban, pero dosis generosas, así que con el tiempo resultó que de ser yo el que hería a sus personas más queridas sin descanso, me convertí en un tipo poco a poco consecuente con mis actos (a veces sigo metiendo la pata, pero ahora sintiéndolo mucho).
La sigo viendo de vez en cuando en el club de tenis. Sigue siendo una mujer espectacular, nunca hablamos, porque la verdad siento que le voy a parecer patético. Supongo que ella sabe que la sigo admirando. Pero no ocupa ya ningún pensamiento importante en mi vida, simplemente es la imagen que me recuerda que tengo que seguir intentando ser mejor cada día.

133, el vértigo del placer.


133 es ese peluche que te gustaría estar acariciando siempre. De ella me quedo con su voz, que te envuelve en una atmósfera de tranquilidad y lujo de espíritu, pero ese susurro es sólo el anzuelo que su naturaleza usa para cazarte. Si dejas que caiga sobre tí su sonrisa, no puedes evitar querer rendirte a sus abrazos, y ahí estás perdido. Cuando entras en contacto con ella, sientes que te quieres quedar a vivir junto a su piel para siempre, sin descanso, embriagándote de la locura de su cuerpo. Ni siquiera el éxtasis te permitirá pedir un poco de aire, tu voluntad se ha colapsado y somete su cuerpo a su figura, buscando el cobijo que ella muestra pero no quiere.
Esta asesina de voluntades guarda sin embargo una desconcertante naturaleza depredadora. En realidad no busca destrozar a sus víctimas, busca sus propios límites porque es ahí donde encuentra su paz, pero esa paz vive dentro de la más destructiva de las tormentas, y hasta allí nos conduce a los que caemos en sus brazos, viendo impotentes la mayoría, cómo ella se derrumba sin consuelo porque no logramos recorrer el último tramo de su deslumbrante y fatal escalera de placer.
Probablemente debería cocinar su manjar de placer en los fogones del cariño, a fuego lento, como las más pacientes mermeladas caseras terminan hirviendo e invaden con su aroma toda la casa.