jueves, 3 de marzo de 2011

13 meses

Pasa el tiempo en silencio, pero no calla el alma.
No dejamos de sentir, de sufrir, disfrutar, observar y aprender.
Aprendí que con los superlativos no se llega lejos, que el tiempo es el maestro del sedimento, que las alegrías son efímeras y virtuales, que un plan no merece una vida, ni una promesa ni un anhelo la merecen.
Una cosa está clara: el éxtasis nos aleja de la reflexión. Y ese estallido de felicidad no suele permanecer mucho tiempo de forma continuada haciéndonos compañía como un perro fiel, incondicionalmente. De hecho una mañana descubriremos que se ha transformado en un dragón que con su acreedora lengua de fuego quiere quemar nuestro hoy.
Por lo tanto aprendamos a instalarnos sobre una discreta sensación de bienestar por completar, algo que no dispare sentimientos de envidia en nuestros próximos prójimos, y nos mantenga atentos a lo que aun no hemos aprendido.

jueves, 4 de febrero de 2010

botella en un mensaje

querida mía:
no envíes un vapor para rescatarme de mi soledad en esta isla remota, simplemente envíame una botella más para poder olvidarte y sobrevivir, llena de licor que caliente mis venas hasta derretir el hielo que aun rodea mi noción de tí

sábado, 16 de enero de 2010

Ulises, antes y después



Un amigo me dijo una vez que uno nunca cambia su esencia, en todo caso lo que podría cambiar es su actitud ante las cosas. Y casi treinta años después de oir eso tengo que darle la razón al muy cabrón.
Me da rabia que unos cromosomas tarados condicionen mi devenir por este mundo, y lo más que puedo hacer es esforzarme cada día por ser un poco mejor, sabiendo que cada amanecer mi calificación volverá a cero y tendré que trabajar de nuevo para no tropezar con la misma piedra. Los méritos de ayer no sirven para hoy cuando se trata de mejorar nuestros impulsos más primarios. Dicho de otra manera, nuestro carácter es como el jersey que Penélope teje cada día y desteje cada noche, nunca conseguiremos perfeccionarlo, como sus pretendientes nunca llegaron a verlo terminado... mientras yo, Ulises, sigo vagando en un viaje interminable en el que no encuetro mi camino a casa.
Esta desazón no esculpe, pero sí matiza mi comportamiento, en función de lo atento que uno se levante cada día, de las ganas de mejorar o al menos no salir perjudicado por lo que te aceche en cada jornada. Lo cierto es que si bajamos la guardia seremos unos perdedores, y no es que nadie nos recuerde entonces, es que nosotros mismos no querremos mirarnos en un espejo. Por eso hay que luchar cada día, pero no de manera cansina, como trabajan los esclavos de una mina, hay que obviar nuestras limitaciones e intentar rebañarle un ápice de felicidad a la perversa Circe.
Esto se lo dedico a mis dos "ciento treinta y pico", que han elegido dos actitudes diferentes con respecto a mí, pero que buscan lo mismo, ser felices.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Weapon of choice



lo veo, la veo, me gusta, pero cambiaría unas cuantas cosas de esa persona para que sea mi amor a medida

no hay sastres para el corazón, excepto la franqueza desde el primer momento, no debo esperar que cambie por arte de magia

en lugar de ello, por qué no susurro en su oído lo que me encantaría recibir, en este momento

para que mi demanda no parezca una condición, para sentir que es flexible, que no elástico



lo veo, la veo, me gusta, pero no me creo que yo le pueda gustar, con lo que soy, así como soy, con lo que no tengo, con todo lo que me sobra...

además, él, ella, buscará otra cosa, más joven quizás, más elegante, más alta, más gracioso, distinta, no yo, por supuesto, no voy a tener esa suerte

pero y si le gusto? por qué no me atrevo? derribo las barreras de los prejuicios y los tabúes, salto al vacío y rápidamente sabré si puedo volar, si sé volar junto al que deseo

martes, 8 de diciembre de 2009

Carencias

Uno siente casi contínuamente la necesidad de sentirse exclusivo en el corazón de nuestros amigos. No tiene ningún sentido coherente pero es así. Somos criaturas celosas, unas, aprehensiva y posesivamente celosas, pero otras simplemente celosas...de nuestra intimidad.
Ocurre que cuando encontramos un amigo o amiga en la que verdad confiamos nuestros más profundos sentimientos, mantener ese estatus se torna un poco confuso de ordenar cuando existe otro cable que conecta con el corazón de esa persona.
Hoy he dicho que no a 133, supongo que has pensado que es por celos, pero no, es algo parecido, pero no son esos celos que cualquiera podrá suponer.
Pero sí, son celos, celos por aislar mis sentimientos, para que no puedan ser confundidos con esos tan comunes, con los que no soportan la comparación, la balanza, la disputa.
Mis sentimientos tienen cabida justo ahora en la comunicación con mi amiga, pero la idea de una visita no me hace sentir cómodo, porque todo lo que a uno le gustaría compartir en persona no es compatible con la infinitésima posibilidad que pueda ser leída de una manera que no es. Y además, muchas cosas de las que uno siente, sólo le apetece compartirlas con el que está en el mismo estado emocional.
Estarás siempre en mi corazón, lo estás ahora que escribo estas letras sobre tí, lo estarás cuando puedas estar con otro, pero hay un tiempo para cada cosa, y yo, mortal, no me siento cómodo visitándote justo en este momento. Por favor, intenta entender mis carencias.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Trío

Le acabo de proponer una obscenidad de trío a 131.
Resulta que hace tiempo, mucho, que no la veo, pero estamos en muy en contacto por teléfono, msn y blog, y sinceramente, la siento muy muy cerca.
Pero sucede que también me pasa exactamente lo mismo con 133, al mismo nivel.
Huelga decir que muchas veces que hablo con una, he pensado que eso mismo lo hablé con la otra, esa misma sensación la sentí con la otra y viceversa.
Por lo tanto le acabo de proponer una cena para los tres. Me intriga pensar qué puede suceder en un triángulo sin sexo en el que las sensaciones son tan intensas.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Vértigo

¿Por qué se juntan dos que no tienen nada en común?
¿Qué tiene de bueno intentar unir dos caracteres diferentes, dos formas de bromear, de mostrarse ante los demás, de vivir, de escuchar, de hacer el amor?
¿Estamos tan tan solos que preferimos algo que no nos guste, únicamente porque parece mejor que nuestra soledad?
Al conocer a alguien al que deseamos acercarnos con franqueza, no valen los simulacros que nos garantizan la dignidad, ni las comedias que nos liberan de la incertidumbre, vale simplemente mostrarse como uno es, dejando incluso aflorar sus carencias y debilidades, porque forman parte de uno mismo, de la esencia que se supone que estamos brindando al otro.
Oliverio decía que no soportaba la mujer que no sabe volar.
Yo sólo espero que la persona que esté conmigo entienda que esas alas son la libertad de sentirse y mostrarse como verdaderamente es uno mismo, el vértigo de parecer bien o mal al otro, pero parecer lo que se es.
La persona que no se atreve a despegar el suelo que asegura sus emociones, las que controla, nunca podrá experimentar las emociones que disfruta el otro, nunca podrá disfrutar plenamente de él/ella, porque sigue amarrada al terreno que domina, pero que no logra abandonar para conocer nuevos horizontes emocionales.