miércoles, 25 de marzo de 2009

Erosión


El tiempo va limando todos los elementos que están adosados a un todo, de modo que ese todo conservará su estructura más sólida. Puede que al final esta estructura tenga una forma graciosa, o quizás absurda, incluso ridícula, pero es lo más auténtico que guardaba.
Esto pasa con nuestros amigos, amores y en general todos aquellos que dijeron o dicen que nos quieren.
Sólo el tiempo tamizará todos los elementos que realmente no tienen solidez suficiente para permanecer junto a nosotros.
Con el tiempo he tenido que darle la razón a mi hermano, con el que nunca me ha unido ni complicidad, ni sentido del humor, ni sintonía de ninguna naturaleza. "Confía sólo en los tuyos, son los únicos que no te fallarán en las situaciones graves". No sé donde lo oiría, pero es la pura verdad.
Aparte de eso, sólo unas pocas personas fuera de tu familia son capaces de guardarte lealtad durante toda la vida, y lo más probable es que uno no estime a esas personas de la misma manera, y mucho menos las corresponda.
Por lo tanto, no hay nada más diferente a una roca que los fuegos artificiales, las auroras boreales, los neones de la noche, las flores envueltas en celofán. De éstos últimos ya me cuido yo sólo, pero quiero descubrir cuanto antes qué parte de mi roca no se va a desprender con el tiempo.

domingo, 15 de marzo de 2009

Genes y autocrítica

Cuando dos personas hacen un trato, y AMBOS salen perdiendo con el mismo, no es lícito que al hacer la liquidación, una de ellas intente perjudicar aun más a la otra autoconvenciéndose de que el otro es el culpable de que ella misma salga perdiendo.
La imposibilidad de hacer autocrítica sobre lo que ha ocurrido, de ver sólo lo malo que hace el otro, produce una escalada de violencia verbal donde lo poco bueno que hubiese podido haber entre ambas partes, desaparece en un agujero negro.
La clave es la autocrítica.
Claro está, en ciertos ámbitos sociológicos, esa palabra es sinónimo de discapacidad psíquica. Conozco un país que tal y como se comporta prácticamente la mayoría de sus ciudadanos, la palabra autocrítica debe de estar en el código penal, con la apostilla de que si se descubre a algún conciudadano ejerciendo tamaña aberración, se le detenga inmediatamente y se le recluya en una "institución", quedando claro que antes debe sufrir el escarnio público de ser publicado su caso para que a nadie se le ocurra una subversión de tal magnitud que pudiese alterar el indeleble código genético de la raza que puebla ese país.

miércoles, 4 de marzo de 2009

203 Guerra y paz

Me gustaría mucho verme de nuevo con 133, pero creo que tendrá otras cosas en su mente, aunque no paramos de hablar. Me dice que escriba algo de 203, pero en todo este tiempo no he logrado sintetizar nada sobre ella, y eso que vivimos juntos más de un año. Cambaría mil veces la paz de mentira que fue mi vida junto a 203, por la guerra de verdad que me imagino que sería mi vida con 133, pero lamentablemente, ella no quiere pelear... conmigo.
203 es una diosa de porcelana, venus en letargo, su belleza deslumbra, y luego te das cuenta que es el ondulante reflejo en el agua de una estatua inerte. De repente, cuando acecha el sexo, cobra vida, pero luego se sume en su sueño dorado de una vida ideal e irreal. No la pude despertar ni con un beso, con mil amores o todo mi tiempo. Cuando despertó, yo ya la estaba desahuciando de mi vida y de mi casa. No se puede construir un amor desde una sola orilla.
Sin embargo de 133 sólo me separa un charco de 90 kms y la mala leche que no tengo. El día menos pensado se va a enterar y la voy a traer hasta aquí arrastrándola por el pelo, como el troglodita que a ella le gustaría que yo fuese, pero en vez de carne, le daré de comer pescado crudo. El caso es que yo puedo ir un día a la otra orilla, pero para navegar juntos prefiero el centro del río. Es cuestión de encontrar un cauce común para hacer el viaje.

martes, 3 de marzo de 2009

No encuentro la maleta

Llevo un par de semanas agobiadísimo con el trabajo, tanto que mi mente no se permitía salir para desayunar y ponerse a pensar en uno mismo.
Amanece en el suroeste de La Gomera, mirando a todo lo que no te ata, enseñándote el alba lo que deberías coger cada día. Y creo que lo voy a hacer. En poco tiempo, me vendré a pasar un par de meses, a estar más cerca del mar para caminar por la orilla después de desayunar. Me encanta oir las olas rompiendo justo por fuera de mi terraza.
Hace un tiempo alguien me propuso una escapada y en el último momento, cuando pasé a recogerla me dijo: "no sé, creo que no voy a ir, no tengo nada preparado, es todo muy precipitado, y encima no encuentro mi maleta". Pensé, no se lo dije, que no era por la maleta, sino que no sabía qué poner en ella. Le dije, no te preocupes, es verdad, es todo muy precipitado. Y me fui yo sólo. Uno no necesita planear viajes con compañeros de escapada. Es mucho mejor encontrárselos en el destino.
Leo otros blogs. Uno de ellos habla de tarotistas. Otro de negras predicciones que se van cumpliendo. Lo peor de los malos presagios es que uno nunca quiere creer al mensajero. Si los esperamos preparados, ya no son tan malos.