martes, 3 de marzo de 2009

No encuentro la maleta

Llevo un par de semanas agobiadísimo con el trabajo, tanto que mi mente no se permitía salir para desayunar y ponerse a pensar en uno mismo.
Amanece en el suroeste de La Gomera, mirando a todo lo que no te ata, enseñándote el alba lo que deberías coger cada día. Y creo que lo voy a hacer. En poco tiempo, me vendré a pasar un par de meses, a estar más cerca del mar para caminar por la orilla después de desayunar. Me encanta oir las olas rompiendo justo por fuera de mi terraza.
Hace un tiempo alguien me propuso una escapada y en el último momento, cuando pasé a recogerla me dijo: "no sé, creo que no voy a ir, no tengo nada preparado, es todo muy precipitado, y encima no encuentro mi maleta". Pensé, no se lo dije, que no era por la maleta, sino que no sabía qué poner en ella. Le dije, no te preocupes, es verdad, es todo muy precipitado. Y me fui yo sólo. Uno no necesita planear viajes con compañeros de escapada. Es mucho mejor encontrárselos en el destino.
Leo otros blogs. Uno de ellos habla de tarotistas. Otro de negras predicciones que se van cumpliendo. Lo peor de los malos presagios es que uno nunca quiere creer al mensajero. Si los esperamos preparados, ya no son tan malos.

1 comentario:

  1. Nunca se me hubiera ocurrido pensar que alguien hubiera dicho esa frase ante una decisión de este tipo.
    Yo soy mucho menos diplomática.

    ResponderEliminar