sábado, 31 de enero de 2009

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Sus rizos tienen electricidad. Cuando te habla y cecea no puedes sino desear comértela. Con eso estaría diciendo que me gusta a secas, pero esa es simplemente su tarjeta de visita. Detrás de cada una de sus preguntas hay un eficiente archivador de sabiduría, y ya me dí cuenta cuando la conocí, tenía sólo 17 años y lo curioso es que no solo hacía preguntas, luego las procesaba y te hacía un feedback que te sentaba de culo. Pasado un tiempo le dije que tenía que aprender a volar sola, pero no me hizo caso de todo. Construyó un paréntesis entre nosotros que me dejó preocupado, pero de nuevo se dejó ver, con su vida lanzada a mil por hora en un tren que chirriaba y las vías desalineadas. A fin quiso dejar su nido y e irse de compañera de piso con 17, que es un sol. Ahora la luz que sale de ese piso deslumbra Madrid, supongo, no las he visto aun, pero tal y como me hablan, sale felicidad de esas palabras. Este es el momento de empezar a vivir de verdad, a luchar y sufrir, a disfrutar y respirar. No desaproveches la oportunidad.

2 comentarios:

  1. Gracias 131.

    Menos mal que ahí estaba el, para ayudarme a encaminar mi tren. Creo que si hubiera tardado un poco mas, me habría estrellado. Ahora tan solo tengo un poco doloridos los músculos de los frenazos, pero dados a tiempo.

    Es siempre admirable ver como alguien abre su alma, y más con esta siceridad y respeto.

    Intuyo que a medida que te vayas conociendo te caerás mejor, no te vuelvas un ególatra :P

    Espero que esta introspección del pasado y tu presente te traiga paz, como espero que no dudes, ni por un segundo, que eres genial.

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